TRAS LAS HUELLAS DE LA CHOLA CUENCANA Y SU PRESENCIA EN TIEMPOS DE LA COLONIA ESPAÑOLA
El término “Chola” –dice Diego Arteaga (2002) –se empezó a emplear a comienzos del siglo XVII y que fue en el barrio de San Sebastián en donde residían el mayor número de cholas seguidas en importancia por los barrios de San Blas y de Todos Santos.
El investigador Saignes anota que durante la colonia (1607) a
la chola se la conocía como mestiza en hábito de india. La mestiza en hábito de
india por esa época se consolidaba en la urbe cuencana, o más bien, en sus
parroquias de indios, especialmente en San Sebastián, y algo menos en la de San
Blas; también lo hace en su sector suburbano de Todos los Santos.
A decir de Diego Arteaga, la convivencia, (voluntaria o por
la fuerza) entre indígenas y españoles o criollos permitió a más del mestizaje biológico
un mestizaje cultural; es decir que el
indio pudo hacer uso de vestimenta de estilo español. El indio vio en su uso, una posibilidad de
pasar como mestizo, y la posibilidad de ser eximido de la mita y del Tributo.
En a finales del siglo XVIII, la presencia de la chola
(india en hábito de india), era muy cotidiano, ya sea en calidad de “lindero” o
directamente como compradora o vendedora de tierras. Para estos trámites legales debió
tener en primera instancia, la licencia otorgada por la justicia o el
marido.
El origen geográfico de la chola, nos muestra que
generalmente sus casas o propiedades (pues las tenían, y no poco) se hallaban
en las parroquias de indios, es decir en San Sebastián, en San Blas, y en un número reducido en el
sector de Todos Santos.
Esta realidad fue cambiando de a poco, ya en 1671, según documentos
históricos, la chola Clara Ortega declara vivir en los límites de
la traza urbana.
Ya en la época
republicana, La chola cuencana, es sinónimo de mujer rica, con posiciones y
bienes casi a nivel de muchos criollos,
y hasta con más poder que estos, pues o eran las amantes de los regidores y/o autoridades, o tenían hijos de éstos.
Su vestimenta iba cada día apareciéndose
más al actual atuendo de nuestra Chola Cuencana.
Medio anaco y lliglla de chamelote negro, lliglla y anaco de ormesí celeste con
guarnición de servillaneta de oro,
broche cuajdo de perlas, zarcillos media luna, tembladera de plata, sortija
de oro, etc.
En Cuenca la presencia de la chola a tres décadas del final
del siglo XVII, significa el surgimiento de una estratificación social más
flexible en el periodo colonial.
El naturalista Enrique Festa, testigo de las acciones
militares que se dieron en 1896 al producirse el “paso” del periodo progresista
al que dio origen la revolución liberal, durante el tránsito del siglo XIX al
XX señalaba “que las cholas cuencanas habían declarado que en caso de derrota
masacrarían a los partidarios de Eloy Alfaro que estaban encerrados en las
cárceles”.
El término chola ha variado respecto de su significado de
una ciudad a otra y aun dentro de éstas, con el paso del tiempo. Así, en Cuenca
al comienzo del siglo XX se manifestaba que a la india que llegaba a la urbe, a
veces, ésta le ofrecía mejores rumbos que a la mayoría de sus congéneres:
“Amante de un hacendado o de un empleado de la ciudad, quien comienza por
modificar el vestido: zapato chillón, pollera de bayeta fina, polca de seda y
paño de Gualaceo y, por fin una modesta pulpería que, casi siempre, la india
transformada en chola suele manejar con economía y tino” (Aguilar Vázquez;
1940; 143). En todo caso, aún no es posible conocer las características
fenotípicas de la chola Cuencana como tal.
La chola cuencana es el arquetipo de la
mujer mestiza de la región del Azuay y Cañar, símbolo vivo de la identidad
local. Generalmente se la encasilla como
la mujer campesina dedicada a labores agropecuarias. Su atuendo es un icono
folclórico y se complementa con el peinado de dos trenzas que caen sobre los
hombros y son atadas al final con una cinta multicolor
Los orígenes de los atuendos de la Chola cuencana se
remontan a la segunda mitad del siglo XVII, es una vestimenta que se
caracterizaba por la “proliferación de bordados en tonos multicolores que con
variaciones se ha mantenido hasta la actualidad”(ArteagaMatute,2002: 25).Esta
vestimenta fue utilizada tanto en los sectores rurales como urbanos de esta
región.
La Chola Cuencana complementa su indumentaria con dos
prendas: el llamado “paño de ikat”y el “sombrero de paja toquilla”. “El paño se
teje en el telar de cintura utilizando fibras de algodón o lana previamente
tinturada con la técnica del ikat. El color depende del material usado; así el
de algodón es blanco con azul, y el de lana, rosado, verde o azul con
negro”(Sojos Mata 1982: 19). Dos polleras utilizaba la Chola; una interior con
muchos bordados, y otra exterior igualmente con diversos adornos; cabe destacar
que las polleras son muy pesadas, pero ellas se sentían bien al lucir su
vestimenta tradicional.
Actualmente en nuestra ciudad, cada 3 de noviembre, el certamen de la Chola Cuenca es uno de los eventos culturales principales por el aniversario de independencia de la ciudad. Esta actividad se la viene realizando desde 1960, pero desde 1999 se instituyó mediante Ordenanza y pasó a manos del Consorcio de Juntas Parroquiales.
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