PRIMER TRASPLANTE DE CORAZÓN
¿Sabías que el primer trasplante
de corazón s
e realizó el 3 de diciembre de 1967?.
El 3 de diciembre de 1967, en
Ciudad del Cabo (Sudáfrica), el cirujano Christiaan Barnard, asistido por un
equipo de 20 profesionales, salvó la vida de Louis Washkansky, de 55 años, al
sustituir su corazón enfermo por el de una mujer muerta en un accidente de
tráfico.
Las circunstancias dieron a
Barnard la oportunidad de practicar cirugía experimental, y a Washkansky, que
se estaba muriendo por una enfermedad cardíaca, la oportunidad de sobrevivir.
La operación, el primer trasplante de corazón humano que tuvo éxito, despertó
un enorme interés internacional. Los medios de comunicación describieron el
proceso con detalle. En primer lugar, Barnad y su equipo abrieron el pecho de
Washkansky y partieron su esternón. Luego, apartaron las costillas y abrieron
el pericardio –revestimiento cardiaco- y el corazón quedó al descubierto. A través
de una máquina, la sangre de Washkansky circulaba en torno al corazón enfermo.
Luego, cortaron el 95% del corazón sano y lo cosieron a la “cobertura” del corazón de Wahskansky. Para hacerlo latir de nuevo, se le aplicó una potente descarga eléctrica a través de dos discos colocados sobre él. El cuerpo inconsciente de Wahskansky se convulsionó, y mientras Barnad y sus 20 colaboradores lo observaban con ansiedad, el corazón empezó a palpitar una y otra vez, sin cesar. Desconectaron la máquina cardiopulmonar, y más de ocho horas después de haber iniciado la operación, llevaron al paciente a una habitación esterilizada con el cuerpo erizado de cables conectados a diversos instrumentos y aparatos clínicos.
Entonces comenzó la lucha contra
las infecciones post-operatorias y contra el rechazo del órgano trasplantado,
que el organismo receptor tendría a destruir. Se le administraron medicamentos
anti-rechazo, y una vez que pasó el periodo de peligro, Washkansky disfrutó de
unos días maravillosos llenos de optimismo.
Pero doce días después de la
cirugía, una radiografía reveló que Washkansky tenía una mancha oscura en un
pulmón. Su esposa ya había notado que parecía tener un catarro leve, pero en
realidad era una pulmonía. Los fármacos que había estado tomando le habían
debilitado el sistema inmunológico y lo habían dejado indefenso contra los
gérmenes, que invadieron e inflamaron sus pulmones. A pesar de los esfuerzos de
Barnad y sus colegas, murió al amanecer del 21 de diciembre. Su nuevo corazón,
implantado 18 días antes, funcionó perfectamente hasta el momento final.
Un teólogo jesuita rechazó las
objeciones éticas de los trasplantes; otros religiosos mantuvieron que alterar
radicalmente el cuerpo era usurpar la función de Dios. Los médicos ofrecieron
una definición nueva de la muerte: la inactividad eléctrica del cerebro. Los
debates referentes a cuándo acabar una vida y cuándo prorrogarla, y sobre quién
debe tomar estas decisiones, siguen vigentes.
La operación condujo a una
discusión ética sobre los límites de la vida y la muerte y acerca del papel que
puede desempeñar la medicina. Tradicionalmente, se pensaba que la vida acababa
cuando se detenía el corazón. Ahora, los médicos eran capaces de reanimar o
sustituir corazones que no funcionaban.
PRIMER TRASPLANTE DE CORAZÓN - 1967 |
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